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Relato. Apague el teléfono.

  Hubo un día que fue distinto, decidí apagar el teléfono. No hay mucho al respecto, pero soy una persona que se siente sola regularmente, estuve hablando con la terapeuta y ella me recomendaba con mucho esmero que invitará a mis amigas a salir o a hacer alguna actividad. ¿Qué curioso no? Pero sabes, ellas no contestarán, no con la inmediatez que uno espera. Siendo sinceros, aquí entre nos, yo tampoco les daba mucho margen en minutos para no sentirme profundamente ignorado. Y eso paso. El sentimiento de soledad creció a un nivel casi insultante, denigrante y humillante.

Todo se agravo cuando entre en mis redes sociales y vi una foto de ellas juntas. No hay mucho que decir, una parte razonable sabe que tenían que verse hoy, o no, porque no es mi vida. ¿Entiendes a donde quiero llegar? ¿Vez el destino de este razonamiento? No importa lo que hagan los demás o si deciden no hacer algo, no es mi vida. Yo solo puedo cambiarme a mi, no a ellas. Y bueno, no me respondieron. 

Decidí leer un libro, para matar el tiempo, pero... la luz era hermosa, una taza de té y ya estaba buscando mi teléfono para una foto. Pero una pregunta, de esas que son intrusivas me detuvo, ¿Para quien? No sé, esta foto no es interesante porque alguien querría verla, sobre todo mostrando el libro, quizás me contarían el final. ¡Imagina que te responden la historia solo para contarte el final! Que fatídico, que horrible, y seguro es de esa gente que ni siquiera te cae bien y solo seguiste por compromiso. Así que al final, no tome ninguna foto. 

Tampoco lei el libro, tres paginas me abrumaron y no pude continuar, tu y yo sabemos que un libro no libera dopamina como los videos cortos de seis segundos. No voy a mentir, o hacerme el interesante, sabes bien que no soy así. ¡Que aburrido es leer cuando requiere un esfuerzo! Y ni siquiera tome el café, es asqueroso, un americano lavado con agua y algo de leche, seria un insulto decirle cortado. Ni el azúcar lo arregla, pero estéticamente es hermoso. ¡Quien podría culparme por tirarlo en la bacha! sin lavar la taza. 

Me vuelvo a sentar y veo el teléfono, pero no hay nada. Ni un mensaje, ni una notificación de un ser humano detrás de la pantalla, solo hay un silencio ensordecedor y un poco de lastima. No pasaron ni tres minutos desde que me senté a leer, ni ver una serie. ¿Y si salgo a caminar? Podría empezar un nuevo hobbie o algo que me mantenga ocupado de las personas. Hacer nuevos amigos de los cuales depender emocionalmente que se enamoran de mi por mis pulcras actitudes y despues, como siempre, termino descartando cuando son un pobre "peor es nada". Porque antes que nada, prefiero estar solo que con una minúscula gota de atención de aquellos que me idolatran.

¡Quien pudiera sentirse solo y egocéntrico al mismo tiempo! "Quieres iguales, pero no aceptas que eres humano" Dice la terapeuta otra vez, y sonrió sin contradecirla cuando se perfectamente que lo que dice es verdad, "Eres un humano" Si, lo soy. Pero uno distinto, uno que razona, que piensa, que entiende y que el cuerpo físico o la conciencia metafísica no lo limita. ¡Quien pudiera nacer sano y vivir libre! Solitario, pero libre, porque la libertad de volar te da una velocidad para surcar los cielos, que al mismo tiempo, limita a tus acompañantes.

Dicen que cuando avanzas, irremediablemente encuentras gente en el camino, y desearía que fuera así. Pero no es así. Termino abandonando el camino cuando demasiada gente se me pega. Porque no puedo dejar de etiquetarlos, de separarme entre "ellos y yo" como si fuera una linea impenetrable que no consiento, porque si algo gusta y no soy yo, son ellos y no me gusta. ¿Tiene sentido lo que digo? Aquí puedo decirte si eres "Ellos" o eres "Yo". 

Y "Yo", como peor razón, no soy pareja. No puedo, considero a las personas limitadas por sus familias, por sus metas, por sus aficiones, por sus formas y su vestir. Porque no quiero admitir, pero no puedo considerar un buen partido a quien se para extraño o su forma de masticar no me agrada, si las manos las deja de tal o cual forma sobre la mesa mientras explico algo o si su mayor meta es inferior a la mía. ¡Y quien me manda a aspirar a lo grande! Y pequeño, no busco ser millonario, pero busco vivir bien...  y los vez ahi, esforzándose por llegar a fin de mes y orgullosos de que eso sea una vida. Y yo no puedo. No quiero vivir mi vida junto a alguien que su mayor aspiración sea endeudarse y pagar deudas a fin de mes, y vuelta a empezar.

¿Ya cheque los mensajes? Quizás me contestarán, o no, quien sabe. Y efectivamente, hace veinte minutos que entre a mis redes sociales y ahi no hay nada. Ni un mensaje, ni un stickers solo una sensación horrible que me nubla los ojos y me hace llorar. ¡Porque lloró con la sensación de sentirme solo! Pero jamás por romper el corazón de alguien. Mientras los mensajes de quien quiero que lleguen, no llegan, hay en mi casilla flotando sin destino mensajes de esas personas que no me interesa responder. 

Uno por ahi, que me dijo mil veces que deseaba salir conmigo y jamás me invito a salir; El otro que me contesta cada mensaje del grupo, queriendo llamar desesperadamente la atención aburriéndome; La chica a la cual me senté al lado y hacia un comentario tras otro esperando que reaccione cuando solo uno de los que dijo fue gracioso, y en realidad no lo fue tanto, si no que me imagine un desenlace mejor, preguntando con desespero si quiero hacer la tarea con ella o salir a tomar café; Ese amigo de secundaria que acaba de terminar con su pareja rogando de vernos para "ponernos al día" como si necesitará gente que su mejor momento fue una secundaria en mi vida; Y esa persona. 

Esa persona, que me rechazo, que me habla cada tanto, tambien tengo sus mensajes. Porque sinceramente, prefiero profundamente hablar con otros que siquiera ver lo que escribió, porque me interesa pero me aburre, porque su trabajo de emprendedor que lo llena de orgullo, que lo hace grande, me parece pequeño. Limitado, infantil. Iluso. 

¿Quién puede ser feliz cuando intenta desesperadamente tragarse el veneno y no vomitarle a los demás sus problemas? La gente es muy sensible, y yo tambien, pero no quiero ser esa persona que cada que lee o escucha piensa que es para él. Que hace una tormenta con una pequeña brisa, esa persona políticamente incorrecta sin entender que la gente importa tanto como uno desee que lo haga. Y eso me duele, en cierto punto. Porque quien no te contesta un mensaje, es que no le importabas que no esperaba tu respuesta que simplemente le aburriste y...

Oh, hay contesto. ¡Estan libres! Saldré esta tarde. 

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