Por Santiago Loza
El hombre que duerme a mi lado es una novela de ficción, que cuentas los últimos días de Nélida -Nelly para los amigos- viviendo en la casa de su único hijo Mauro, donde vive con Daniel su pareja, luego de un accidente en su vieja casa, donde vivía con su difunto marido. La mayoría de los capítulos transcurren desde el punto de vista de Nelly, como se siente y como su mente divaga entre el pasado y el presente, pues, acepta que el futuro se acabará pronto.
Hablemos un poco, antes que nada, de Santiago Loza. Es un hombre muy galardonado y activo en el mundo del arte, fue interpreté de El asombro (2014), director -y ayudante- de diversas cintas, encargado de producción, director y guionista de espectáculos de televisión, guionista y autor de textos. Con premios en varias de sus obras, realmente su trabajo no tiene perdida y fue un placer leerlo.
Por razones obvias solo me voy a centrar en el único libro que tuve el placer de leer, de su autoría.
Es atrapante, embriagante y nos hace meternos en la piel de Nelly, sentirnos como ella se siente. Amargada, angustiada, masticando odio, como nos endulza la presencia de Daniel y nos aburre el pan sin sal que es Mauro. Podemos jugar a ser Nelly sin ningún problema, las cosas se sienten a flor de piel.
Su triste crianza, su belleza marchitada, su amor no correspondido, todo nos arruga el corazón hasta su amargo final. Sin contar nada más, recomiendo desde acá leer la historia. No es un desperdicio de tiempo, en tres días devore el libro por completo... aunque la digestión fue pesada.
Sabiendo el final, avanzamos. La perdida de cordura de Nelly no me sorprendió, de hecho pude darme el lujo de culpar a la demencia, pero no quisiera limitarme a simplificarlo de esta manera. Lo que realmente me preocupo mucho fue Mauro. El pobre hijo único, no esta bien.
Desde el comienzo de la obra lo note apagado, aburrido, abrumado, una persona depresiva. Depresivo es muy fuerte, quizás con un trastorno de ansiedad, pero hay muchas enfermedades mentales que pueden ser inculcadas por una madre emocionalmente ausente. Pero como dijo Nelly, "No fui tan mala madre como mi madre, pero fui mala madre".
Entonces, ¿Cómo puede alguien amar a sus hijos, si sus padres nunca lo amaron? No hay buenos o malos, no hay blancos o negros en esta historia. Solo personas rotas, personas que sufrieron, humanos.
Recomiendo fervientemente leer esta obra, aunque sea una vez. Disfrutar de personajes que son humanos, hablar de la vejez, del deseo, del amor no correspondido. De Norberto...
Comentarios
Publicar un comentario